martes, 13 de agosto de 2013

Historias de fin de semana

Sary de El juglar de tinta nos ha dado la oportunidad de participar en Historias de fin de semana, que si no sabéis a lo que me refiero tenéis más información aquí

Os dejo las normas a continuación


Normas 
    • Sigue la historia y deja una palabra entre paréntesis para que el siguiente pueda incluirla en su relato.
    • Mándala otro blog y avísale para que pueda seguirla.
    • El juego acaba el miércoles 14/08/2013.  La persona que reciba la historia el miércoles deberá terminarla, el jueves se publicará la historia completa en Mi Rincón de los libros.
    • Hacerse seguidor de los blogs que participan en la Historia. (no es una obligación sino una sugerencia ;P)
  • Si no quieres participar, avisa al blog que lo envió para que pueda enviarlo a otra persona.
¡Espero que os guste la propuesta y lo disfrutéis!



Anduriña (escritora de Mundos Paralelos, Vidas cruzadas) - Página de la escritora

Corre, corre, corre, corre… solo puedo repetirme lo mismo una y otra vez, no puedo permitirme el lujo de distraerme en otras cosas, no ahora, ahora que los tengo justo detrás. No sé cuánto tiempo llevo corriendo pero siento que las fuerzas empiezan a flaquearme. De pronto noto cómo una pequeña flecha pasa rozándome la oreja izquierda. Conozco esas flechas, claro que sí, las conozco demasiado, yo misma fabriqué cientos de ellas, por lo que sé de sobra que tengo que evitarlas a toda costa, a nadie le gustaría probar su veneno. Me agacho instintivamente y empiezo a desplazarme corriendo en zigzag. Según el plano tengo que estar cerca del lago, pero las dudas me asaltan de nuevo, ¿y si no hay ningún lago? ¿Y si todo nuestro esfuerzo está siendo en vano? ¡NO!
Corre, corre, corre, corre… estoy adentrándome cada vez más en el bosque, separo las ramas como puedo, pero muchas me golpean la cara sin compasión. Otra flecha me roza arrancándome un poco de pelo, pero solo me permito soltar un pequeño grito de dolor. Me aterroriza mirar atrás y sigo corriendo, aunque sé que no aguantaré mucho más, empiezo a ir más despacio, me cuelo tras un gran montículo y me detengo apoyando la espalda en la pared rocosa. Las arcadas empiezan a invadirme y apenas puedo respirar. Los oigo acercarse y miro a mi alrededor, solo hay árboles y una pendiente descendente. No puedo rendirme y comienzo a bajar de nuevo. En algún momento las piernas me fallan y me caigo dando vueltas, intento agarrarme pero solo consigo cortarme en una mano, cuando por fin me detengo me quedo inmóvil, aunque no por voluntad propia, simplemente me rindo, mi cuerpo no puede más y pienso, inevitablemente que es el fin.
Vamos, vamos, vamos… ahora no soy yo la que habla, no, definitivamente esa voz no proviene de mi cabeza. Mis sospechas se confirman cuando siento cómo me ayudan a levantarme unos delgados pero fuertes brazos y me dirigen a un gran agujero en el que me dejan caer, a duras penas contemplo cómo mi rescatador se mete a mi lado y pone sobre nosotros una tabla camuflada con todo tipo de hojas y ramas que nos hace invisibles al exterior.
—No hables ni respires —me susurra— ya vienen.
No se lo discuto, ni siquiera le contesto, solo intento ocultar el temblor de mis piernas cansadas y cierro los ojos esperando a que abran la trampa y nos descubran.

El tiempo se detuvo por completo. No sabía cuánto tiempo llevábamos ahí abajo, ¿10 segundos? ¿10 horas? el tiempo necesario para recuperar el aliento. No entraba ni un atisbo de luz, todo estaba tan oscuro que no podía ver a mi rescatador, pero el espacio que nos separaba era tan pequeño que podía sentir su pecho hincharse al respirar.

  Vamos fuera  dijo  ya se han ido.

Me ayudó a salir del agujero y subió detrás de mi. Entonces le vi, era muy joven. Tan sólo uno o dos años mayor que yo. Era muy alto y, aunque delgado, se apreciaba en sus brazos la fuerza y resistencia de un guerrero experimentado, lo que más llamaba la atención de su aspecto era su cabello gris que, alborotado  y junto a sus ojos negros, le daban un aspecto salvaje. Llevaba en su espalda un arco y un carjac de flechas, y en su cintura se  podían apreciar unas dagas enfundadas.

 — ¿Quién eres?  — Le pregunté  — ¿Y por qué me has ayudado?
 — No esperaba quejas al respecto  — Sus ojos se estrecharon para observarme  — Soy Phalantas, soy un guerrero del bosque. Y te he ayudado porque pensé que necesitabas ayuda.
 — Guerrero del bosque... es la primera vez que lo escucho, ¿cuál es la ciudad de la que provienes?.
 — No provengo de ninguna ciudad, el bosque es donde nací, es mi hogar.

Por lo que ella sabía, ese bosque estaba deshabitado, pero existían leyendas que hablaban de los guerreros  que custodiaban el lago y lo protegían de todo aquél que quisiera acercarse. Si alguien podía ayudarla a encontrar el lago, era él.

 — ¡Si vives aquí tienes que saber dónde se encuentra el Lago de Plata!  — el rostro del guerrero se endurecía mientras hablaba  — Si sabes dónde está, tienes que ayudarme a llegar hasta él.
 — No sé de qué lago me hablas, en este bosque no hay ningún lago.

 No podía ser cierto. Llevaba viajando casi un año, preguntando a todos los aldeanos y juglares, en tabernas y posadas, buscando a alguien que me ayudase a encontrar el paradero del Lago de Plata. Cuenta la leyenda que el agua de este lago puede curar todos los malestares y enfermedades, del cuerpo y el alma, no importa de qué se trate. Hasta ahora pensé que estaba buscando una quimera, pero si los soldados reales trataban de detenerme significaba que tenía que ser cierto.

 — Por favor Phalantas, sé que el Lago existe, tiene que ser real, algo dentro de mí me dice que es así. Y tengo que encontrarlo, porque si no lo hago, la vida de mi padre y la de los ciudadanos de la Ciudad de la Luz correrán un grave peligro.

Miré al guerrero a los ojos, no iba a arrodillarme ante él para pedirle ayuda. No iba a negar que la necesitaba a toda costa, pero con su ayuda o sin ella, encontraría el Lago. No podía rendirme ahora que estaba más cerca que nunca.


Kelly Collía- Tacto de libro

El guerrero parecía resistirse a soltar una palabra que pudiera darme algo de información para llegar a mi destino. Necesitaba ganarme su confianza pero no tenía tiempo para ello, mi familia, mi pueblo me necesitan, no dispongo de tiempo suficiente y no seré yo quien eche a perder un segundo de sus vidas.

Entonces cogí su mano, era musculosa y estaba surcada por unas arrugadas probablemente debidas al trabajo del bosque, me aferré a ella y eché a correr colina abajo, lo arrastré tras de mí hasta que se detuvo y me dijo: 


- Veo que es muy importante para ti ayudar a los tuyos, es una muestra muy generosa, arriesgar tu vida ante los guerrero reales y envolverte en una aventura hacia el Lago de Plata, que ni siquiera sabes a ciencia cierta de su existencia. No seré yo quien te acompañe, a los habitantes del bosque se nos prohíbe dar cualquier tipo de información acerca de ese lugar, te indicaré el camino porque me has llegado al corazón, a cambio tu no podrás decirle a nadie que me has visto.


- Ven conmigo por favor, tu conoces el bosque mejor que nadie, no sé con que me puedo encontrar...


- Lo siento, sólo te daré un consejo, las apariencias engañan y más aquí dentro. Toma mi arco y mis flechas, podrán servirte de ayuda. Ahorra corre, corre y no te detengas, sigue la gran bola de fuego, ella te guiará. Si en algún momento necesitas mi ayuda, piensa con todas tus fuerzas en mí, apareceré a tu lado cuando no corramos peligro de ser descubiertos.


-No me das muchas tranquilidad


-No debes tenerla, no pierdas más tiempo, ¡vete! - me dijo Phalantas con firmeza


Me encamino sola hacia un lugar que no sé muy bien donde se encuentra, penetro las entrañas del bosque con cautela. No sé cuánto tiempo me queda, no sé si la Ciudad de la luz podrá seguir llamándose así o las catástrofes que allí pudieron suceder le cambiará el nombre. Aún así me queda un atisbo de esperanza, a pesar de haber malgastado 3 flechas en matar a una serpiente que pretendía estrangularme la pierna izquierda. La bola de fuego se ha apagado, mañana continuaré mi viaje.


La palabra que tienes que usar en la continuación es (herramientas)

Me gustaría que siguiera la historia Ser_Yo del blog Libros de sonrisas

5 comentarios:

  1. Que bien está quedando!! ya tengo ganas de saber como seguirá!! :)
    Gracias por participar!

    ResponderEliminar
  2. hola!

    Os está quedando genial la historia.
    Yo es que no tengo tiempo para ponerme a escribir (y eso que soy escritora)
    pero espero que siga ^^
    un beso!

    ResponderEliminar
  3. También seguiré la historia. Tienes una pagina con un contenido muy interesante y quiero unirme a ella para ayudarte en todo lo que pueda y leerte siempre que publiques. Te deseo mucho exito!!

    Te dejo mi pagina blogger por si te interesa echarle un vistazo.

    http://thedeadweek.blogspot.com.es/

    Soy escritor de historias de terror. Estoy escribiendo una ahora de supervivencia zombie.

    ResponderEliminar
  4. Yo no tengo tiempo para hacer estas cosas, pero me encantan.
    Besos!!

    ResponderEliminar
  5. Está quedando muy bien, ¡suerte con la historia! ^^
    ¡Un beso!

    ResponderEliminar